viernes, 18 de diciembre de 2015

''En el convento no importa la ropa, pero fuera sí''

Como nos gusta tener durante dos días seguidos cambio de Cristina. La semana pasada ya lo tuvimos y esta repetimos.

Pero como siempre primero vamos a contar para que fueron los aspirantes que no fueron elegidos.


El primer aspirante en salir por la puerta venía con el siguiente titular. “En Sevilla mi autoestima ha desaparecido”. Grazia es estudiante de Erasmus y desde que está en Sevilla no tiene ganas ni de mirarse al espejo. Ninguno de los tres estilistas la quiere cambiar pero le dicen que es monísima y que se lo tiene que creer más.

“Quiero ir más guapa que mis cuñadas a la comida de Navidad”. Valle viene de Gaba, Barcelona, y tiene 34 años. Viene para tener ese empujón para saber cómo afrontar el cuerpo que tiene después de que su metabolismo cambiara al dar a luz. Quiere ir el día de navidad a comer y que todos se queden con la boca abierta y sobre todo para sentirse mejor con ella misma. Le dicen que se tiene que sentir bien ella misma y que le de igual el resto y deciden no cambiarla.

El tercer aspirante se presentaba con el siguiente titular. “Tengo una “JARTÁ” de motivos para venir”.  Vito es de Sevilla y tiene 30 años. Es sevillano y le gusta en mundo manga y todo lo que tenga que ver con los dibujos animados. Quiere un look que represente lo que él lleva dentro y sus gustos. Ninguno de los tres lo cambian y le dicen que su cambio no sería posible ya que tiene claro lo que le gusta.

Las elegidas para el cambio no iban a dejar indiferentes a nadie y venían con el siguiente titular. “En el convento no importa la ropa, pero fuera sí”. Priscila de 23 años y Rocío de 22 años vienen de Sevilla y ambas vivieron en un convento con las monjas por no poder hacerse cargo de ellas sus padres. Se conocieron hace 10 años y desde entonces son como hermanas. Nunca tuvieron ropa nueva como otras niñas de su edad, todo lo que tenían era lo que la gente del pueblo les daba a las monjas para ellas. Finalmente Pelayo y Cristina se quedan sin dar al botón para luchar por ellas pero los argumentos de Cristina ganan a los de Pelayo para que ellas finalmente se queden con Cristina.

En el primer contacto Cristina lleva a Priscila y a Rocío a una residencia de estudiantes de monjas para hablar con ellas de esa etapa que pasaron en el convento y de cuáles eran sus labores allí. Les preguntó cuáles son sus estudios y que pasó después de cerrar el convento. Ambas se tuvieron que ir a sus respectivas casas y seguir su camino otra vez con sus familias.

En la prueba de vestuario las dijo a Rocío y a Priscila que ambas eligieran el look que pondrían a la otra y las dos escogieron ropa oscura y amplia. Luego les probó más ropa más colorida para ver por dónde enfocar su cambio. Cristina les propuso ir a Q dental a poner apunto sus sonrisas para el gran cambio final.

En la pasarela final Marta habló con un primo de Rocío y una amiga de Priscila para contar desde fuera como ven la vida que les tocó.

Se abre la pasarela y salen Rocío y Priscila radiantes con un look totalmente diferente a lo que ellas estaban acostumbradas a llevar, un look con estilo francés que les hacía estar a las dos con mucha más luz y muy guapas. Los estilistas se quedan alucinados con el cambio y les dicen que están guapísimas. Marta tiene una última sorpresa para una de ellas y es la hermana de Rocío que aún no tenían el gusto de conocerse en persona y por fin lo hicieron. 

Nos encantan estos cambios tan humanos de gente que la vida no les ha dado nada pero que tienen un corazón enorme.

Programa online íntegro:




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